¿Si Murieras En este momento, A donde Crees que Iría tu alma?

lunes, 10 de mayo de 2010

Cuando el ánimo decae

Hay circunstancias y situaciones adversas en nuestras vidas, que nuestra fe se ve debilitada y por lo consiguiente nuestro ánimo decae.
Y esto es algo que nuestro enemigo busca afanosamente en los siervos de Dios.
Sí, en usted y en mí, que sábado a sábado, miércoles a miércoles, servimos a Dios.

Pero Dios nos alerta con voz fuerte y nos dice: No te dejes vencer.
“Desde cuando yo Jehová, te voy a desamparar y dejar a la merced del enemigo.

Isaías 51:12-16. Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan. Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.

¡Qué palabra tan llena de la presencia de Dios!

“Yo, yo soy vuestro consolador, dice Dios”
El consuelo en medio de nuestra adversidad, viene de nuestro Dios. Gracias a Dios

Sigue diciéndonos Dios: “¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?”
Siervo de Dios, no te olvides quien eres ¡Eres hijo de Dios! ¡Amén!
¿Cual es tu temor?
Dios está en medio de nosotros.
Él en este tiempo está probando nuestra fe, para formar el carácter de Jesucristo en nosotros.¡Dios está obrando!

Romanos 5:3-5. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
¡DIOS ES FIEL!

Continúa la voz de Dios diciendo: “Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige?”
¡No hay que olvidarnos de Jehová, nuestro Padre Celestial!¡No, hay que olvidarnos de que Él es Dios!
No hay nadie mayor que Él, por lo tanto, estamos seguros en Él.
En medio de la adversidad él nos sacará adelante, por puro amor, y por pura gracia.

“¿Pero en dónde está el furor del que aflige?”
¿Dónde? Dios desvaneció la adversidad, el ayuda a los suyos, porque nos ama, no los deja huérfanos.

En medio de la adversidad no cometamos el error de compararnos con los pecadores, ni con nadie en absoluto.
Solamente hay que esperar ¡Dios está obrando! ¡Dios tiene el control de nuestra vida!

Confía en la ayuda de Dios, dada en el tiempo de Él.
¿Decida dejar tus angustias en las manos de Dios, para recibir su consuelo?
Sólo así podremos “sonreír” frente la adversidad.

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